Las nietas de las Brujas: relación entre capitalismo, patriarcado y la caza de brujas
En esta entrada intentaremos exponer brevemente la tesis propuesta por la famosa ensayista Silvia Federici en su libro "Calibán y la Bruja", donde plantea que la caza de brujas durante las siglos XVI y XVII en europa fue instigada por el capitalismo emergente.
"La caza de brujas está relacionada con el desarrollo de una nueva división sexual del trabajo que confinó a las mujeres al trabajo reproductivo" fue una de las respuesta de Federici durante una entrevista con el diario español Público.
Bajo la acusación de brujería, más de doscientas mil mujeres fueron torturadas y asesinadas en Europa durante los siglos XVI y XVII. Según la tesis sostenida por Federici, este genocidio tenía un claro objetivo: la imposición del capitalismo por parte de las clases dominantes, a partir del cercamiento de tierras y el desarrollo del sistema feudalista.
Las ejecuciones de brujas fueron usadas como pretexto para confiscar propiedades, controlar la reproducción, imponer control social y excluir a las mujeres de la actividad económica y social.
La edad media:
Durante la Edad Media, las zonas rurales europeas se caracterizaban por el sistema feudalista, en el que los campesinos trabajaban tanto sus terrenos de subsistencia como las tierras de los terratenientes a cambio de una renta.
Antes del siglo XV aproximadamente, las mujeres trabajaban en todo tipo de trabajos y oficios perteneciendo también a los respectivos gremios.
Federicci recalca la importancia de los efectos de las peste; sobre el desarrollo de su tesis. La plaga de 1347-1350 acabó con la vida de un tercio de la población europea, provocando una importante escasez de trabajadores. La población brutalmente mermada junto a la abundancia de tierras, hizo que las amenazas de los señores dejasen de ser efectivas.
Durante el siglo XIV, se multiplicaron las huelgas en europa, el salario creció un 100%, los precios cayeron un 33% y disminuyó la jornada laboral. La respuesta de las clases dominantes, la aristocracia y los nuevos estados comenzaron a implantar una serie de reformas para paliar el empoderamiento de la clases más desfavorecidas que amenazaban contra el orden económico y social establecido. "Esta calidad de vida no se volvió a alcanzar hasta el siglo XIX" escribe la autora en su libro.
Uno de los ejemplos de las medidas de la aristocracia que expone Federici, es el de la privatización de la tierra, los cercamientos de las tierras comunales que anteriormente les servían para subsistir. Este inicio del capitalismo, en cuanto que supuso la venta forzosa de su fuerza de trabajo como mercancía, produjo un proceso de criminalización de la pobreza. Un alto porcentaje fueron mujeres, que se vieron obligadas a abandonar sus tierras por los cambios legales que limitaban sus derechos para heredar propiedades o gestionar cualquier otra actividad económica.
Las brujas:
El actual estereotipo de la bruja como mujer mayor, que participa en aquelarres y ritos sacrílegos se remonta a la Antigüedad. Los cristianos fueron acusados de este tipo de prácticas durante el Imperio Romano, así como los judíos lo fueron en otras épocas. Sin embargo durante estos siglos es donde se estigmatiza por completo a las mujeres curanderas y sabias, más independientes tanto sexual como económicamente.
La Iglesia tuvo mucho peso en cuanto al aniquilamiento del conocimiento tradicional desarrollado por las "brujas". La magia se consideraba dominio de la Iglesia y la curación dominio de la institución médica; de tal modo que cualquier sanación fuera de ambas esferas era negada o considerada diabólica.
Los magos o hechiceros también estaban perseguidos, pero no puede compararse a la persecución que sufrieron las mujeres. Incluso ahora, la palabra "mago" suele significar maestro en algo (ej. mago de las finanzas); mientras que la palabra bruja sigue teniendo connotaciones peyorativas.
Estas brujas apoyadas sobre conocimientos acumulados durante siglos sobre anatomía y herboristería; irónicamente fueron tachadas de irracionalidad mientras que los nuevos conocimientos médicos legitimados por el Estado en gran parte se basaron en su conocimiento filosófico y religioso.
Un ejemplo que se encuentra contenido en el ensayo "Por tu propio bien" de Ehrenreich y English, describe como el médico de Eduardo II (licenciado en teología y doctorado en medicina por la Universidad de Oxford) prescribió para aliviar el dolor de muelas, escribir en la boca del paciente: "En el nombre del padre, el hijo y el espíritu santo. Amén" y clavarse en la encía una aguja anteriormente clavada en una oruga. Mientras hombres que defendían una ciencia realmente empírica, como Galileo o Copérnico, fueron acusados de herejía.
Las cacerías de Brujas:
Eran ataques sistemáticos, organizados y coordinados entre los que se hallaban implicados la Iglesia como acusadora, el cuerpo médico como órgano legitimador "racional y científico" de las torturas y condenas; el cuerpo judicial que se saltaba procedimientos legales, y el Estado que organizaba las ejecuciones públicas.
El primer manual sobre la caza de Brujas es el Malleus Maleficrum ("El martillo de las Brujas"), publicado en 1484 por dos monjes inquisidores dominicos: Heinrich Kramer y Jacob Sprenger.
El libro, dividido en tres secciones consta de poco material original; puesto que es más una recopilación de creencias y prácticas preexistentes. Los autores se apoyan en textos como la Biblia, y reconocidos autores como Aristóteles, Tomás de Aquino o Agustín de Hipona para respaldar sus argumentos.
La misoginia contenida en el texto es innegable: reiteran la creencia de que las mujeres eran seres inferiores, débiles y corruptibles.
La sexualidad es otro de los temas angulares, puesto que la virginidad y el puritanismo eran los ideales representados en la figura de la Virgen María. Remarcaban la peligrosidad del poder de seducción de las brujas, que atraían a los hombres y les obligaban a cometer delitos.
Gracias a la aparición de la imprenta, la divulgación de este material a lo largo del territorio europeo fue extremadamente rápida.
Sin embargo, fuentes alternativas consultadas aclaran que el Malleus fue rechazado por los teólogos de la Universidad de Colonia y condenaron el libro por su misoginia, morbosidad y el desprecio por los derechos procesales de los acusados, a demás de ser supersticioso. Así mismo, el que fuera rechazado por los teólogos no excluye que tuviera una gran acogida entre esferas menos intelectuales; que ayudaron a propagar las cacerías.
Conclusiones:
Es interesante tratar este tema, puesto que al menos nosotros nunca habíamos pensado esta etapa de transición del feudalismo al capitalismo tan íntimamente relacionada con la caza de brujas.
Así como la esclavitud y el colonialismo, que también trata la autora en el libro, si que hemos trabajado sobre ello en asignaturas de historia; esta etapa de herejías subversivas ha pasado siempre más desapercibida o insuficientemente explicada. A través del ejemplo de las brujas llevado a análisis, Federici pone de manifiesto el desarrollo y las técnicas utilizadas que ponen la semilla para el posterior sistema capitalista. La acumulación de riquezas, el monopolio del conocimiento y el control de la reproducción: ponen en cualquier caso en el punto de mira a las mujeres, que vieron brutalmente reducidos todos sus derechos y libertades poseídas en siglos anteriores.
Rechazando la idea de un "patriarcado transhistórico" un sistema opresivo que habría permanecido como condicionante de las diferentes épocas; puede parecer una visión un tanto sesgada, ya que resulta explicar la esclavitud de la mujer como un fenómeno estrictamente capitalista. Sin embargo, no creo que niegue las anteriores estructuras patriarcales; sino que remarca el carácter instrumentalmente poderoso del sistema capitalista para perpetuar y magnificar las desigualdades entre hombres y mujeres.
Bibliografía:
-Silvia Federici, 2004 Caliban and the Witch. Women, The Body and Primitive Accumulation. Brooklin, USA. Autonomedia.
-Lady Stardust, 2007. Mujeres en la hoguera. Antipersona.
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